Inentendible.
Incomprensible, estupido, demente...no hay palabras para describir
el accionar de las autoridades. ¿Algún día van a entender
que las banderas son parte de la fiesta del fútbol?... no
pierdan más tiempo prohibiendolas. Ocupense de que en las
populares no haya cuchillos y armas. Heridos e imágenes espantosas
fueron causadas por este capricho del Juez Victor Perrota, de Javier Castrilli y de quienes operaban y hayan ejecutado esa orden.. Vergonzosa la represión policial, totalmente
injustificada. Desastrozo el procedimiento. Vergonzosa la
actitud de dirigentes y jugadores de River que hicieron la
vista gorda y siguieron jugando un "amistoso de verano" cuando
sus hinchas estaban en medio de una batalla campal con la
policía. Donde chicos, chicas y familias enteras de todo el
país que fueron a ver el partido tragaban y sufrían esos gases
lacrimogenos. Los jugadores en vez de acercarse a la tribuna
y pedir calma como lo hacen el 99% de los equipos con sus
hinchas, no les importó nada y se fueron hacia el vestuario
como si se tratará de una situación totalmente ajena. Eso
si, cuando volaron un par de butacas al campo de juego el
partido se suspendió en el acto, pero cuando en la tribuna
todo era descontrol y pánico no. ¿Qué pasa señores dirigentes
y señores empresarios de la televisión? Sólo les importa facturar...¿no?
¿Qué
se va a hacer con el irresponsable festejo del carnicero Barihjo,
eso acaso eso no es provocar aún más violencia, señores del
inexistente tribunal de Disciplina? Los hinchas estamos mal
con esto que pasó. Día a día la gente tiene más temor de acercarse
a los estadios y con este incidente otros miles de hinchas
no pisarán más una cancha de fútbol en sus vidas. Gracias
Perrota, gracias Castrilli, gracias "Yutas", por espantar
a la gente de las canchas y por hacer todas las reglas al
revés.
El jefe de la Unidad Departamental de Mar del Plata reconoció que hubo un error policial al mandar a agentes de Infantería a quitarle la bandera a los barras de River, el hecho que desencadenó los graves episodios de violencia. "Fue una decisión equivocada", admitió el comisario Ricardo Triches, "por eso yo mismo di la orden de repliegue".
En cambio, Triches no aclaró quién había ordenado actuar a la Infantería. "Sólo tres personas podemos dar esa indicación. Una soy yo, y no lo hice. Las otras dos son mi segundo, el comisario Deraldo Luziada (jefe del operativo en el estadio) y el comisario Julio D''Amico. Vamos a iniciar una investigación para averiguar de dónde partió la orden".
Triches llamó a hacer silencio a su segundo Luziada, quien estaba conversando con algunos periodistas un rato después de la suspensión del partido. "Así hay una sola voz oficial", le indicó.
Más allá de admitir la falla de la Policía, Triches insistió en que "los hinchas portaban una bandera no reglamentaria, por lo que estaban en infracción".
Otro que habló después del partido fue Javier Castrilli, actualmente a cargo de la Comisión de Investigaciones sobre Seguridad en Espectáculos Deportivos bonaerense. El ex árbitro deslindó responsabilidades respecto del accionar policial. "(La Comisión) no dio, no puede dar y no dará ningún tipo de órdenes a la Policía porque es un organismo asesor y no tiene facultades ejecutivas", explicó.
Por
Martín (simplemente un hincha común)
Llegué
al estadio unos 30 minutos antes de las 22. Me sorprendió
que el playón de acceso estuviese dividido para ambas parcialidades
por una valla, increíblemente la Policía de Provincia de Bs.
As. había descubierto que el hecho de que ambas parcialidades
hagan las filas de ingreso una al lado de otra traía aparejada
la posibilidad de que se produjeran incidentes.
Al
seguir caminando pude observar que el cuerpo de Infantería
cortaba la fila para dejar pasar a la gente por tandas. Obviamente,
como era de esperarse, para cortar la fila utilizaban todas
las técnicas de "arreo de ganado" existentes excepto los buenos
modales. Para completar la imagen unmiembro del cuerpo de
infantería estaba parado sobre una paltaforma más elevada
con su arma dispuesta a disparar gases lacrimógenos en cualquier
momento que se le presentase la "gran oportunidad". Esta última
imagen terminó de recordarme una película de la Segunda Guerra
Mundial basada en el escape de un grupo de judíos de un campo
de concentración. Al instante identifiqué a este sujeto con
el guardia alemán de una torre del campo. En fin, creí hasta
ese momento que era pura idea mía....
Al
pasar el cacheo me encontré con algo insólito. Llevaba una
bandera que siempre llevo a todos lados, que dice mi nombre
MARTIN, como única leyenda agresiva y en contra de la paz,
y la ley. El policía que me revisó me hizo leerle lo que decía
y pude observar que evaluaba qué tan agresiva era la palabra
MARTIN en un gesto de su cara, para cerrar el colmo, me permitió
ingresar mi bandera pero con la condición que le saque los
piolines que ésta tenía para ser atada, acción que cumplí
a su lado y guardando los piolines en mi bolsillo, para luego
poder pasar (total incoherencia). Después de eso me pregunté
qué tipo de arma representaban los pobres piolines.
A
los 15 minutos de colgar mi bandera en la platea descubierta,
personal policial me hizo sacarla, obedeciendo una orden del
marginado comisario Deraldo Luziaga que se encontraba dentro
del campo de juego. Pude identificar a éste después de que
salió en todos los medios. Mientras tanto banderas de Boca,
entre ellas la de San Justo, seguían colgadas flamantes en
la baranda de la platea del mundialista. No son la reglas
parejas para todos? Encima, la bandera de Boca era el doble
que la mía, y que todas las de River que hicieron sacar.
Después de eso todo lo que ya sabemos, la guardia de infantería,
clara exposición de la ineficiencia de estos animales que
se hacen llamar "Policías Bonaerenses" lanzando gases y balas
de goma en plena tribuna al segundo de empezar a reprimir,
para sacar una simple bandera que no cumplía con las medidas
reglamentarias, ya que al solicitarle a los hinchas que no
mostrasen la bandera de Boca de "Munro" lo hicieron. En general
se debe recurrir a esto después de un buen rato de que los
incidentes no cesen. Consecuencia, hinchas desaforados, y
con mucha bronca, como todos los que estábamos en el estadio
ese día, que se tomaron revancha "echando" a la policía de
la tribuna y siguiendo una guerra al mejor estilo Vietnam
en al playón de acceso detrás de la misma. Acto seguido, la
ineficiente policía lanzó nuevamente gases desde fuera del
estadio que cayeron a un costado de la popular y la platea,
donde había niños, abuelas, abuelos, madres y padres. Es verdad,
un niño de 5 o 6 años perdido representa un peligro latente
que hay que reprimir con balazos y gases, como ese que se
encontraba al lado mío y había perdido a su tío (al que gracias
a Dios después encontramos en la popular) como tantos otros,
y que lloraban desconsolados (era desgarrador ver este espectáculo).
Colmo
de todo esto: la falta de unicidad de criterio de la policía.
Por ejemplo, me pueden hacer problemas a mí para entrar con
mi pequeña bandera mientras que la otra hinchada puede entrar
con banderas largas y de otros clubes. Esto se observa a menudo
en los estadios bonarenses. Por ejemplo vayan a un partido
de la B y van a ver cuántas banderas "antireglamentarias"
hay. El mismo policía que un Domingo te deja ingresar la bandera,
al Domingo siguiente quizás si no tiene ganas no te la deja
ingresar. Esto es una clara falta de desorganización y en
definitiva también incita a la violencia, porque a quién voy
a matar con mi bandera?
Más
colmo. Ver la cara de los policías al reprimir. Disfrutan
el poder de tener un arma en la mano y reprimir a la gente,
niños, niñas, padres, madres, etc. Se creen todopoderosos
sobre los caballos o pegando palazos, o disparando un arma.
Disfrutan el hecho de tratarte mal, como me sucedión en la
cancha de Lanús en Diciembre pasado y como otras tantas veces.
Conclusión,
así no vamos a ningún lado. Estoy en contra de la violencia
en el fútbol, pero las actitudes policiales terminan generando
violencia en contra de los efectivos en, hasta hinchas como
yo, que queremos la paz en las canchas. Te da bronca que te
traten mal, que te "arreen como ganado" en lugar de facilitarte
el acceso al estadio. Que un Domingo puedas pasar con tu bandera
y que al siguiente no porque no. Que te trate como delincuente
al hacer el cacheo. Que te repriman así porque sí como en
el Superclásico del 3-0 el año pasado en la Boca. Que las
leyes no sean parejas para todos. Que no sepan prevenir antes
que reprimir. Que te insulten mientras te hacen el cacheo
esperando tu reacción para reprimir como me pasó a mí y a
tantos otros hinchas, incluso le pasó hasta a amigos míos
hinchas de otros equipos, en la cancha de Chacarita. Que sean
o parezcan tan ineficientes para desterrar la violencia de
los estadios. Que entren en una tribuna y te repriman si vos
lo único que querés es ver un partido de fútbol y alentar
a tu equipo.
Hay que hacer una distinción que es un claro indicador de
la actitud de la policía. La hinchada de Boca al ver los incidentes
que se producían con los hinchas de River amagó a salir para
ayudarlos y defenderlos. Finalmente dejaron un hueco en la
tribuna solidarizándose con la gente de River, hecho que la
parcilidad millonaria aplaudió.
Abandoné
el estadio en el entretiempo, ya que partía mi micro rumbo
a Bs. As. y no había podido conseguir otro pasaje más allá
de las 0.20 y debido a que corría el riesgo si había más incidentes
de perder el micro y no poder ir a trabajar al día siguiente,
pero créanme que el clima que se respiraba en el estadio no
era de una fiesta del fútbol como un superclásico, sino más
bien que parecía una ciudad después de un bombardeo en plena
guerra, desolación, tristeza, llantos, etc. A esa altura lo
que menos me importaba era lo futbolístico en sí. Poco me
importaba el resultado, alguna jugada de Aimar o el Burrito
o algún lujo de Saviola.
Pensé que me estaban cargando al escuchar al otro día las
declaraciones incoherentes de Gallego, el jefe de policía,
y tantos otros. También pensé que me estaban cargando cuando
la voz del estadio en el medio de tremenda batalla campal
decía que no se vayan porque el partido iba a seguir, claro
había que vender toda la publicidad del entretiempo y del
segundo tiempo. Malditos empresarios. Ellos contaban su dinero
mientras otros contaban que habían salvado su vida en la sala
de un hospital. También me sorprendió que los jugadores continuaran
jugando y que al salir nuevamente a la cancha hicieran oídos
sordos a quienes les pedíamos que se retiraran desde lo más
bajo de la platea a gritos.
En
fin, espero que esta barbarie algún día se termine, y que
los policías reflexionen acerca de su accionar. Será mucho
pedir?
Saludos
a todos, Martín
Con
esta Policía la violencia nunca se acabará
Todos
hablan y hablan de la violencia. De como prevenirla, que el
operativo cuesta $30.000 o $50.000 pero no se dan cuenta que
cuantos más policías, más violencia hay en las canchas. Lo
ocurrido ayer en la cancha de Boca, no fue la primera ni la
ultima vez, pero como siempre fue bochornoso. Media hora antes
del partido cuando miles y miles de hinchas millonarios hacían
su ingreso, en forma totalmente tranquila y pacifica, por
la calle Puerto de Palos los "animales disfrazados de azul"
no tuvieron mejor idea que detener por casi media hora el
paso de la gente. Consecuencia, el partido estaba empezando,
los hinchas desesperados con sus entradas en la mano y como
siempre los policías pegando, lanzando gases lacrimógenos
y reprimiendo con sus caballos indiscriminadamente. Jóvenes
inocentes, mujeres con sus chicos y ancianos tuvieron que
vivirlo también.
La policía golpeó y reprimió a mansalva por algo que ocasionaron
ellos. Son especialistas en detener a la gente y agolparla
hasta que se acumulen miles y se impacienten. Eso es lo que
mejor les sale, son especialistas para ocasionar amontonamientos
y amenazar con palos y gases. Son especialistas en la "no
aplicación del sentido común", disfrutan al máximo pegar con
sus palos y lanzar gases y eso se refleja en sus rostros que
en esos momentos dibujan unas desagradables sonrisas. Arriba
de sus caballos y con sus armas en mano se creen todopoderosos
y no dan lugar al diálogo a nadie.
Pese
a todo esto los medios hacen la suya. Son sus cómplices, ni
una cámara había filmando lo que ocurría, ni un fotógrafo
tomando fotos. El único personaje que se pudo observar fue
Pipo Cintes del programa River Monumental (AM 950), que en
medio del desconcierto empezó a ordenar a los hinchas de River
y los hacía pasar de a uno. El sólo hizo el trabajo que momentos
atrás diez policías armados hacían.
Si
esto no es una incitación a la violencia, ¿qué es?. Peor predispuesto
no se puede entrar a un estadio. Así cada vez más y más gente
se aleja de las canchas. Periodistas, dirigentes del fútbol
y políticos son cómplices de esto. Como siempre al hincha
lo dejan de lado, y como siempre el hincha deja todo y su
pasión lo hace ir para adelante y bancarse todas la injusticias.
Fuente: El Aguante de River.com