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  Violencia en el deporte

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  INCIDENTES EN ASUNCION: LO QUE SE CONTO Y LO QUE FUE.

Segun OLE. " Otro baile sin fiesta. En la vuelta de Los Borrachos del Tablón a las canchas, con el resultado consumado, el partido se suspendió a falta de cinco minutos por tole tole. Disparos, fuego y caos..." (FEDERICO DEL RIO)
No había chances de que semejante baile terminara en fiesta para los hinchas de River, pero el aliento sostenido, el aguanta desde minutos antes al descuento, generaban asombro en el Defensores del Chaco. El "ooooh, soy de River" sonaba hasta conmovedor. Justo llegó el gol de Farías y entonces parecía que se podían robar unos minutos de la fiesta entre tanto revoleo de camisetas. Pero no. A cinco del final, justo la noche que Los Borrachos del Tablón volvían al ruedo internacional post Mundial, la noche terminó por pudrirse. Como la suerte de su Millo...

La gresca había empezado en el primer tiempo. Casi folklórico, casi infantil, las barras se tiraban cosas en la tribuna. De la cabecera a la platea lateral que River hizo popular. Por eso, como sucedió en el partido de la fase anterior, la Policía decidió levantar un cordón humano y amontonar a los hinchas visitantes en el medio. En el segundo tiempo, la cosa no mejoró. Y con el resultado puesto, mientras Los Borrachos terminaban de sacar sus banderas, en medio de los piedrazos se escuchó un balazo, se vio el accionar de diez policías, casi desafiantes, y el acorralamiento hacia los alambrados perimetrales. En el tumulto, se quemaron dos trapos que tapaban publicidades.

Mientras caían refuerzos en las fuerzas de seguridad, Los Borrachos arrinconaron a trompadas a la Policía contra el alambrado. Encima, con el "fuera, fuera" de la gente de Libertad, los oficiales se animaban a más. La voz del estadio, que había anunciado que la gente de River habría de quedarse 20'' en estadio, finalmente, con la suspensión de Selman, debieron salir de inmediato. Una pena. Era fiesta. Pensar que, hace días, sus bombos y sus banderas se mezclaron entre la creme de la creme en Europa. Pero el Mundial ya pasó y los 42 barras que anduvieron por Alemania clavaron otro viajecito, menos ostentoso: no es igual el Defensores del Chaco que el Olympiastadion...

A las 19.30 ya habían cortado la calle, alentando, cuando el plantel partió rumbo a la cancha. Ya en el mítico estadio paraguayo, se mezclaron entre unos 5.000, cuya mayoría llegó distribuida en 20 micros y 12 Traffic. Era un baile pero no había fiesta. Tanto que terminó con una madrugada a trompadas callejeras, 20 detenidos y un herido...

Segun CLARIN. " COPA LIBERTADORES : HINCHAS DE RIVER CONTRA LA POLICIA
La violencia de la tribuna se extendió en las calles. ASUNCION. ENVIADO ESPECIAL (NO TIENE NOMBRE ESE ENVIADO ESPECIAL? QUE ES AGENTE DE LA SIDE?)
La lona se empezó a prender fuego. Ese grupo de barras de River acorraló a los policías a piedrazos y el partido se terminó cinco minutos antes por el escándalo en las tribunas que luego continuó en los alrededores del estadio.
Otra vez. Sí, lo de siempre. El grupo de hinchas caracterizados repitió viejas historias en otros países. Ya en esta Libertadores, en el repechaje ante Oriente Petrolero, había generado incidentes en Bolivia. Y en la edición anterior, protagonizó hechos bochornosos en Brasil, con San Pablo. Minutos antes del cierre, con River asumiendo la despedida en el campo de juego, los de afuera armaron el peor escenario para un triste final. Primero, encendieron el plástico que estaba instalado en la zona baja de la tribuna y cuando los efectivos se acercaron para poner un poco de orden, empezó una pelea desmedida que llevó a la Policía a retroceder hasta las rejas. Golpes, butacas que volaban, piedras, palos... Las corridas y la violencia continuaron fuera del estadio, donde los hinchas de River protagonizaron un duro enfrentamiento con la Policía local.
Mientras se desarrollaba la refriega en la calle, dentro del estadio se escucharon algunas detonaciones (serían de balas de goma) que habría utilizado la policía para reprimir a los hinchas de River. "Los incidentes fueron impresionantes", fue la definición de Rodolfo Sánchez, oficial de la comisaría 2 de Asunción y encargado del operativo de seguridad.
Como consecuencia de los hechos de violencia, Sánchez informó que hubo en principio 20 detenidos, tanto hinchas de Libertad y de River. Y que no hubo heridos graves. Un hincha de Libertad llegó a la comisaría con un piedrazo en la cabeza.
El canto por un equipo que se estaba despidiendo de la Copa no suponía ser la antesala a los incidentes. Ese "jugando bien o jugando mal" de los 4.000 hinchas hacía pensar que todo iba a terminar en paz. Sobre todo, porque horas antes un grupo numeroso estuvo dando vueltas por la calle Palma de Asunción, preguntando por precios de artículos electrónicos. Gritaban por River, pero sin provocaciones. A la noche, fue todo al revés...

Segun LA NACION. Graves incidentes marcaron el adiós.
ASUNCION (De un enviado especial).- Graves incidentes en las tribunas originaron la suspensión del cotejo que protagonizaban Libertad y River. El árbitro del encuentro, el chileno Rubén Selman, detuvo el partido a los 40 minutos del segundo tiempo, debido al enfrentamiento que sostuvieron los simpatizantes de ambas hinchadas y luego entre los simpatizantes del equipo argentino y la policía.

Tras el gol del descuento que anotó Ernesto Farías, los hinchas de River reaccionaron tras las provocaciones de los simpatizantes de Libertad, cuando restaban apenas cinco minutos para finalizar el partido y el perdedor estaba obligado a convertir dos tantos más para clasificarse a las semifinales.

Los piedrazos cruzaron el alambrado que separaba a ambas parcialidades y luego volaron butacas, que fueron arrancadas de sus lugares en el Estadio Defensores del Chaco. "Acá no hay garantías y estamos obligados a suspender el partido", indicó el árbitro chileno. La policía ingresó en la tribuna que ocupaban los seguidores de River y los obligó a retraceder.

Pero el momento de mayor tensión dentro de los incidentes fue cuando los hinchas argentinos acorralaron a los agentes de seguridad y enfrentaron a los policías. Finalmente, disparos de balas de goma lograron disuadir a los revoltosos.

En los últimos tiempos, los simpatizantes de nuestro país también protagonizaron disturbios. Se enfrentaron con hinchas de San Pablo, en 2005, y con los de Oriente Petrolero, de Bolivia, este año. Además, en el último Mundial, en Alemania, los barrabravas de River originaron inconvenientes en los partidos que disputó la selección argentina, por lo que fueron demorados por los agentes de seguridad.

La prensa argentina se dedicó a culpar a los hinchas de River por los incidentes. Vergonzoso operativo policial.

Se volvió a repetir la misma situación que acontece cada vez que River visita el estadio Defensores del Chaco: piedrazos y botellazos de los hinchas de Libertad desde ambos costados. ¿Y la Policía? Bien, gracias. Nunca intervinieron: ni ayer, ni en los partidos disputados los últimos años.

La gran verdad es que los 6.000 hinchas millonarios que estuvimos ayer en Asunción nos bancamos desde bien temprano los botellazos y piedrazos, nos bancamos la inacción de la policía para con los hinchas paraguayos. Pero la situación no dio para más: los hinchas de Libertad en lugar de festejar su triunfo tiraron cada vez más y más piedras. Y se hizo insostenible, chicos y mujeres heridos por piedrazos y proyectiles que caían cada vez más cerca del centro de la popular. Y ahi estalló el conflicto.

Es fácil hechar siempre la culpa a la hinchada millonaria. Pero nadie habla de la ineficacia policial que permitió las provocaciones y agresiones de los paraguayos, que permitió el ingreso de piedras y la venta de gaseosas en botella dentro del estadio, que permitió el ingreso de remeras y banderas de Boca solo para enardecer aún más a los hinchas de River. Y ni hablar de la "falta de memoria" de la Confederación Sudamericana que no recordó lo que pasó en ese mismo estadio y ante el mismo rival los últimos partidos.

Basta de hipocresia, River y su gente siempre tienen que pagar los platos rotos cada vez que se juega un partido en el exterior. Tenemos que bancarnos las piedras, las botellas, la policía en contra y encima la crítica de la prensa.

Fuente de RiverPlate.com

Y claro... será que una foto asi impacta más y es mas facil de vender y juzgar!

Es verdaderamente llamativa la resolución que se adoptó desde la Confederación Sudamericana de Fútbol. Se multó a River por un valor de 30 mil dólares como consecuencia de los desmanes que provocaron los hinchas argentinos durante el partido contra Libertad el último martes, pero no se sancionó al estadio Defensores del Chaco, a pesar de ser uno de los escenarios más precarios de la Conmebol. ¡Y eso que la CSF tiene sede en Asunción…!

El sólo hecho de que la Policía paraguaya haya destituido a los dos jefes (Lorenzo Espínola, de la comisaría de la zona, e Inocencio Gamarra, del Departamento Central) que estuvieron a cargo de la seguridad del partido por “negligencias varias”, da la pauta de que desde el vamos se debió haber clausurado el estadio. Si las fuerzas de seguridad no son aptas para hacerse cargo del evento, allí no se puede disputar ningún partido. Incluso, hasta la prensa local criticó con dureza la debilidad del sistema de seguridad montado en el Defensores de Chaco.

Además, desde el propio Departamento de Seguridad Nacional se reconoció que no se cumplió con las normas estándar de seguridad debido a que gran parte de los efectivos de gendarmería se encontraban dispuestos a repeler los cortes de ruta que se produjeron últimamente en el interior de Paraguay.

En el hipotético caso de que se alegara que el estadio no es responsable de las irregularidades que pueda presentar la policía, el Defensores del Chaco es un escenario que cuenta con los suficientes motivos como para clausurarlo de todas formas. Prueba de ello es que los hinchas de Libertad hayan podido arrancar con total facilidad innumerables pedazos de hormigón armado para usar como proyectiles. Como así también es igual de objetable que una parcialidad de 6 mil personas haya tenido que ingresar a la cancha por una sola puerta, aunque en realidad el ingreso sería lo de menos. Habría que hacer hincapié en los graves incidentes que se podrían ocasionar si fuera necesario desalojar esa platea con urgencia.

Es por eso que no se entiende la resolución de la Conmebol. Menos aún cuando no es la primera vez que se generan desmanes como estos en ese estadio. Cada clásico paraguayo que se disputa en el Defensores del Chaco deja la certeza de que se trata de una cancha completamente insegura y peligrosa.

La Conmebol no clausuró al estadio Defensores del Chaco, a pesar de las innumerables irregularidades que presenta. Inseguridad, problemas de infraestructura y accesos escasos. La prensa paraguaya los denunció en reiteradas oportunidades.

Por Alejandro Lopez Mateo de La Página Millonaria


Una vez más, los dirigentes millonarios no estuvieron a la altura de las circunstancias. Seis mil hinchas viajaron hasta Paraguay y ellos no supieron brindarles la seguridad correspondiente.

Sin un motivo concreto más que la falta de racionalidad, argentinos y paraguayos comenzaron a arrojarse botellas de plástico una vez que comenzó el entretiempo. A partir de ahí, el clima en las tribunas se tornó cada vez más espeso, sobre todo cuando el cordón de infantería que estaba ubicado en la tribuna local decidió retirarse sorpresivamente. Entonces, para separar a los 12 mil hinchas que ocupaban la popular ‘liberteña’ y la platea visitante sólo quedaron diez policías, que estaban apostados en el sector millonario, y una endeble reja de metal en el medio.

Vaya uno a saber a quién se le ocurrió la brillante idea de retirar a ese grupo de infantería, porque ciertamente se trató de una incitación a la violencia. Ante la falta de contención, los hinchas de Libertad doblaron la apuesta y de arrojar botellas de plástico pasaron a tirar piedras. Uno tras otro fueron volando los pedazos de hormigón armado, provocando que varios hinchas de River sufrieran múltiples cortes y lesiones. Pero a pesar de eso, los diez efectivos de seguridad se mantuvieron inalterables y pasivos, como si se tratara de un espectáculo. ¿La parcialidad argentina no tiró proyectiles? Sí lo hizo, y es igual de reprochable, pero en este caso el accionar policial contuvo la situación, como debiera ocurrir siempre que se producen incidentes.

Aunque, cómo mantener la calma cuando la agresión hacia uno persiste. Es que eso fue lo que ocurrió: Cuando los millonarios deliraban al ritmo de “Jugando bien o jugando mal” y poca importancia le daban a sus rivales, la incesante lluvia de piedras colmó inevitablemente la paciencia de los argentinos. Algunos optaron por retirarse del estadio, a pesar de haber recorrido miles de kilómetros que implicaron tiempo, esfuerzo y dinero para poder llegar hasta a Asunción, y muchos otros -hartos de la inacción policial- eligieron quizás el camino menos adecuado para hacerle entender a las fuerzas de seguridad que a la gente de River se la debe respetar y proteger tanto como a los hinchas locales. De allí surgió la reacción de Los Borrachos del Tablón.

La prensa aseguró que se trató de un ejemplo más de cómo los denominados “barras bravas” pueden someter al fútbol mediante la violencia, pero (al menos en esta oportunidad) estuvo muy alejada de la realidad. Sería interesante que tan sólo uno de los cuantiosos periodistas que suele mandar cada medio argentino para cubrir los partidos realizara su tarea desde las tribunas, con la gente, viviendo qué es lo que ocurre en carne propia y no escribiendo por apariencias. Porque si alguien se tomara la molestia de preguntarle a esos hinchas de River que sufrieron piedrazos durante 40 minutos qué les pareció la actitud de Los Borrachos del Tablón seguramente se llevaría una sorpresa.

Es que, lamentablemente, esos hinchas caracterizados hicieron -bien o mal- lo que tendrían que haber hecho los dirigentes millonarios: Pregonar por la seguridad de la gente. ¿Suena ilógico? Creer o reventar, pero a partir de ahí no volvió a volar otra piedra. De todos modos, está claro que esa no debería ser la forma. En lugar de tomar el té a orillas de la pileta del Sheraton, los directivos de River tendrían que haber tomado todos los recaudos para que la policía no dejara a los hinchas la deriva como lo hizo. No fue casualidad que el grupo de infantería desapareciera, pero son cosas que no ocurrirían si la delegación directiva que viaja en representación del club hubiera resignado sus horas de sol y pileta para resaltarles a los encargados de la seguridad cómo se debe garantizar el bienestar de los socios e hinchas riverplatenses.

Sería oportuno que de una vez por todas los dirigentes entendieran que están en donde están gracias al hincha y que sólo eso los compromete a trabajar por ellos. Ojo, también es cierto que no se puede meter a todos en la misma bolsa. Hubo varios que sí estuvieron con la gente y hasta padecieron los piedrazos. No hace falta dar nombres, ya todos saben de quiénes se trata, pero no llama la atención que sean los mismos a los que no les tembló el pulso a la hora de no votar a favor de medidas oficialistas y ridículas, aún cuando forman parte del oficialismo. El resto de los directivos descansaba en el hotel, total, ante cualquier inconveniente la culpa siempre es de los hinchas que no saben cómo comportarse.

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